El robo en el Museo del Louvre ha dejado a muchos franceses atónitos, y la pregunta que resuena en redes sociales es cómo varios delincuentes lograron entrar por la ventana de la famosa Sala Apolo, hogar de colecciones invaluables. El pasado domingo, varios hombres realizaron el asalto, llevando consigo joyas de gran valor, como un collar y una tiara de la época de Napoleón.
Lo insólito del caso es que el lugar del crimen se ha vuelto una atracción turística. Personas se aglutinan para tomar fotos junto a la ventana donde sucedió todo. «No puedo creer que nadie se haya dado cuenta, excepto los que entraban por la entrada principal», comentó un hombre en la prensa. Las redes están repletas de comentarios y viejas fotografías que evidencian el mal estado de la ventana, criticando el gasto público destinado al museo, con cifras que alcanzan los 1.700 millones de euros.
Las críticas no han tardado en aparecer, señalando que esta misma ventana había sido utilizada en un robo de 1976, donde sustrajeron la espada de Carlos X, que jamás se recuperó. «Es la misma ventana, sin vigilancia y sin mejoras. ¡Estamos dejando que saqueen nuestro patrimonio!», expresó un usuario indignado.
Capturas recientes del crimen muestran una ventana con un marco de madera antigua y vidrios simples, lo que ha llevado a políticos a cuestionar la seguridad del lugar. Un economista incluso sugirió la compra de mejores materiales en tiendas de mejoras del hogar, tras ver el estado de la ventana.
La situación continúa generando reacciones. Usuarios claman que lo sucedido es un reflejo del deterioro en Francia, donde se invierten millones en burocracia, pero no se toma en cuenta lo esencial para proteger el patrimonio artístico. «Las joyas más bellas detrás de una ventana olvidada», se quejó un internauta, frustrado por la falta de atención a la cultura.
Mientras tanto, el presidente Emmanuel Macron había prometido reforzar la seguridad del Louvre, pero tras el robo, muchos se preguntan si estas promesas se cumplirán. El asalto se realizó rápidamente, en solo siete minutos, dejando en evidencia las serias falencias en la protección de uno de los museos más emblemáticos del mundo.
DCN/Agencias