La dependencia de los teléfonos móviles en los adolescentes es similar a la del uso de sustancias ilícitas.

El uso excesivo de dispositivos electrónicos entre adolescentes está generando graves preocupaciones, según la especialista en Comunicación, Soledad Gutiérrez. Ella comparó la dependencia de las pantallas con la adicción a drogas. "Cuando digo ‘adictos’, no es solo una figura de habla; lo que ocurre en el cerebro es similar a la dependencia de sustancias", afirmó Gutiérrez, advirtiendo que "las nuevas drogas entran por los ojos".

Esta advertencia proviene de un estudio de cuatro años publicado en la revista JAMA Pediatrics, donde se analizaron a 4.000 jóvenes mayores de 12 años en Estados Unidos. La investigación reveló que más de la mitad de los encuestados mostró signos de adicción a redes sociales, videojuegos y teléfonos móviles.

Consecuencias de la adicción a la dopamina

Gutiérrez indicó que el exceso de tiempo frente a las pantallas está ligado a la adicción a la dopamina generada por estas plataformas. Esto puede conllevar serios problemas de salud mental y social entre los jóvenes, tales como:

  • Déficit de atención
  • Depresión
  • Ludopatía
  • Adicción a la pornografía
  • Trastornos alimentarios
  • Ciberacoso y grooming

Algoritmos y la seducción de la dopamina

La especialista destacó que el núcleo del problema radica en el diseño de las plataformas, que utilizan algoritmos para mantener nuestra atención. "Los algoritmos de las redes están hechos para captar nuestra atención y no soltarla", explicó. Añadió que estas aplicaciones conocen las preferencias de los usuarios y ajustan el contenido para mantenerlos enganchados.

Gutiérrez describió el ciclo de la dopamina: "Cada ‘like’, nuevo seguidor o victoria en un juego provoca la liberación de dopamina en el cerebro. El inconveniente es el exceso".

Asimismo, mencionó que para combatir el exceso de dopamina, el cerebro se adapta reduciendo la sensibilidad de sus receptores. Esto lleva a los adolescentes a buscar estímulos mayores para obtener el mismo efecto. Con el tiempo, la conexión con las pantallas se transforma, donde "no consumen por placer, sino para llenar un vacío", lo que puede llevar a la pérdida de su libertad.

La información fue publicada por Caraota Digital.

DCN/Agencias

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