Título: Una decisión desgarradora: el caso de Corinne y sus padres que optaron por la muerte digna
Fecha: 9 de octubre de 2025
Corinne Gregory Sharpe, chef de Port Ludlow, Washington, jamás imaginó que se vería en un dilema tan difícil como lo fue ayudar a sus padres, Eva y Druse Neumann, a poner fin a sus días mediante la asistencia médica para morir. Cuatro años después de esta experiencia desgarradora, Corinne relata su historia a la revista People, reflexionando sobre cómo la Ley de Muerte con Dignidad ha impactado a su familia.
La historia inició en 2018, cuando Eva, de 92 años, recibió un diagnóstico de estenosis aórtica. Con un historial médico lleno de complicaciones cardíacas, los médicos le dieron un pronóstico sombrío: apenas 18 meses a dos años de vida sin una cirugía invasiva, algo que Eva decidió rechazar. “Era como si me dijeran que Santa Claus no existe, pero esta vez era una realidad cruda”, comparte Corinne.
A pesar de la difícil noticia, Eva trató de disfrutar su tiempo, pero su salud se deterioró rápidamente después de una caída en 2021 que la llevó a un hospital. Su esposo, Druse, de 95 años, también comenzó a presentar signos de un derrame cerebral. Ambos compartieron el mismo centro de recuperación, pero pronto perdieron la voluntad de seguir adelante.
La situación llevó a los médicos a sugerir cuidados paliativos y una posible entrada a un hospicio. Fue en este contexto que Eva expresó su deseo de recurrir a la Ley de Muerte con Dignidad, vigente en Washington desde 2008. Esta ley permite a los residentes con enfermedades terminales decidir cuándo terminar su vida, administrando ellos mismos los medicamentos letales prescritos, otorgando así un control sobre su final.
Así, Corinne tuvo la difícil tarea de acompañar a sus padres en esta decisión, una experiencia llena de amor y resignación. La ley que les brindó esta opción fue vista por Corinne como un camino para permitirles a sus padres irse con dignidad, asegurando que sus últimos momentos en este mundo fueran en paz.
DCN/Agencias