La abogada Jacqueline Richter ha señalado que la autoexplotación laboral no solo afecta al sector informal, sino que también se extiende a los trabajadores formales en Venezuela. Esto es consecuencia de salarios que no satisfacen las necesidades básicas y de una precaria protección social.
Richter menciona que actualmente el salario mínimo es de 130 bolívares mensuales, equivalente a aproximadamente 0,68 dólares, según la tasa del Banco Central de Venezuela. Explica que tener un trabajo digno implica que el empleado pueda satisfacer sus necesidades y las de su familia, además de disfrutar de derechos como la libertad sindical y la negociación colectiva. Sin embargo, muchos trabajadores dependen de bonos que no son considerados para vacaciones ni prestaciones.
En el ámbito público, los convenios colectivos han caducado desde 2021, mientras que en el sector privado son raras las empresas que negocian. Esta situación obligó a muchos a buscar ingresos adicionales, incluso autoexplotándose. Richter da el ejemplo de los conductores de taxi por aplicación, quienes muchas veces son empleados públicos o privados que trabajan en sus horas libres para complementar sus ingresos.
Richter también destaca que, aun sumando bonos, un obrero en el sector privado no supera los 150 a 200 dólares mensuales, lo que potencia el “rebusque”. Adicionalmente, advirtió que jornadas laborales de más de diez horas impactan negativamente en la salud física y mental, en un contexto donde las condiciones hospitalarias son deficientes.
Por último, subrayó que Venezuela ha ratificado convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo, los cuales deberían cumplirse para mejorar las condiciones laborales.
DCN/Agencias