Estudios revelan que abrazar frecuentemente disminuye los niveles de cortisol, ayuda a bajar la presión arterial y refuerza el sistema inmunológico.

Un estudio reciente de la Universidad de Carolina del Norte y otros especialistas en contacto humano resalta los beneficios del abrazo más allá de su significado afectivo. Según la investigación, abrazarse con regularidad puede reducir los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés, lo que ayuda a disminuir la tensión emocional y genera un estado de calma.

Los abrazos tiene un impacto positivo en el sistema cardiovascular, favoreciendo la baja de la presión arterial. Este tipo de contacto físico, que incluye abrazos, también refuerza el sistema inmunológico, ayudando al organismo a defenderse mejor contra enfermedades y fomentando una sensación de bienestar más duradera. Este efecto se atribuye a la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del abrazo”, la cual crea un sentido de conexión, seguridad y confianza entre las personas.

Además de los beneficios físicos, abrazar con frecuencia también se asocia con una mejora en la salud emocional y el fortalecimiento de los lazos afectivos, lo que contribuye a elevar la calidad de vida. Por lo tanto, los expertos sugieren que se incorpore el abrazo como una parte esencial de la rutina diaria, recordando que el cuidado emocional puede traducirse en un bienestar tangible.

En un contexto donde el estrés y la ansiedad son comunes, se destaca que un simple abrazo puede tener un poder significativo.

Con información de Versión Final.

DCN/Agencias

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