
El Papa León XIV se pronunció este sábado en la basílica de San Pedro del Vaticano, defendiendo la idea de una iglesia inclusiva que escuche a todos sus miembros, sin dejar de lado a nadie por diferencias de género o roles. En su mensaje, durante la misa del Jubileo dedicada a los equipos sinodales, reiteró que «la regla suprema en la Iglesia es el amor» y enfatizó que «nadie debe imponer sus ideas, todos deben escucharse mutuamente».
El concepto de ‘sinodalidad’ fue destacado como un proceso de participación dentro de la iglesia que busca la toma de decisiones sobre tópicos importantes, institucionalizado desde el Concilio Vaticano II en 1965. Recientemente, el Papa Francisco abrió el Sínodo a la participación de laicos y mujeres con derecho a voto.
León XIV hizo referencia a su antecesor, el Papa Francisco, al mencionar que la vocación de la iglesia es «caminar juntos». A pesar de las tensiones históricas y de las diferencias actuales entre reformistas y tradicionalistas, el Papa invitó a todos a buscar juntos a Dios, alejándose del clericalismo y la vanagloria.
El Papa enfatizó que esta actitud podría disminuir las tensiones dentro de la iglesia, que a menudo enfrenta divisiones entre unidad y diversidad, así como entre tradición y novedad. En este contexto, subrayó la importancia de evitar polarizaciones dañinas.
El mismo día, los defensores de la misa tradicional en latín volvieron a celebrarla en el altar de la basílica, después de haber sido relegados a una capilla durante tres años debido a las limitaciones impuestas por el Papa Francisco, lo que ha generado críticas entre sectores conservadores.
León XIV, consciente de las divisiones recientes, llamó a acabar con las «facciones» que obstaculizan la unidad del catolicismo, citando al obispo italiano Antonio Bello, en proceso de beatificación. Al final de su intervención, pidió la intercesión de la Virgen María para ayudar a la iglesia a superar sus divisiones internas y a reconciliar las disputas.
DCN/Agencias