Carmen Rendiles ha sido reconocida como la primera santa venezolana con discapacidad, en una ceremonia que se llevará a cabo en Roma, donde también será canonizado José Gregorio Hernández. Su canonización fue aprobada por el fallecido papa Francisco en marzo.
Rendiles fue una figura clave en la educación y la religión en Venezuela. Fundó Colegios para niñas de escasos recursos y estableció una congregación que sigue activa en la actualidad, dejando un impacto duradero en el país.
En el contexto político actual, el gobierno de Venezuela ha denunciado una supuesta “amenaza militar” de Estados Unidos. Por su parte, la oposición y familiares de presos políticos han visto este acontecimiento como una oportunidad para pedir la liberación de detenidos.
Nacida en Caracas, el 11 de agosto de 1903, Rendiles enfrentó dificultades desde una edad temprana debido a la ausencia casi total de su brazo izquierdo. A pesar de ser rechazada por diversas comunidades religiosas, perseveró en su camino espiritual, ingresando al noviciado de Siervas de Jesús en 1927 y tomando sus votos perpetuos cinco años más tarde.
A lo largo de su vida, desempeñó roles importantes, siendo nombrada maestra de novicias en 1935 y superiora provincial en 1951. En 1965, lideró la congregación en su proceso de independencia de Francia, convirtiéndose en la superiora general.
Carmen sufrió un accidente de tránsito que le causó una fractura en la pierna izquierda, lo que la llevó a estar hospitalizada durante 25 días. Durante su recuperación, siempre mantuvo un rosario en la mano, demostrando una fuerte fe y devoción. Posteriormente, tuvo que movilizarse en silla de ruedas y desarrolló artrosis en la mano derecha, pero continuó escribiendo y haciendo la señal de la cruz con sus dedos.
Falleció el 9 de mayo de 1977, dejando un legado de perseverancia, fe y servicio que la consagra como una guía espiritual y educativa en Venezuela.
DCN/Agencias