El director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, señaló que el aumento de los metales preciosos y las criptomonedas muestra un creciente clima de desconfianza entre los inversionistas debido al deterioro fiscal global. Durante su participación en el foro Future Investment Initiative (FII) en Riad, mencionó que “poseer criptoactivos o oro son activos del miedo”, argumentando que los inversionistas optan por ellos por temor a la devaluación de sus ahorros y preocupaciones sobre su seguridad financiera y física.
Fink hizo estas declaraciones en un contexto donde las tensiones financieras y el aumento del endeudamiento público son evidentes. La estrategia conocida como "apuesta por la degradación"—que implica vender deuda soberana y divisas en busca de refugio en oro, plata o criptomonedas—ha ganado popularidad entre los inversionistas, evocando episodios históricos de degradación monetaria.
A pesar de esta tendencia defensiva, Fink reafirmó que Estados Unidos sigue siendo el principal destino de inversión global. Aunque hubo salidas de activos en el país este año, afirmó que la mayoría de los inversionistas todavía cree que EE. UU. será un lugar sólido para mantener inversiones en los próximos 18 meses. En el panel, también participaron los ejecutivos de Goldman Sachs y JPMorgan Chase, quienes abordaron preocupaciones sobre los déficits públicos y la dependencia de EE. UU. de los inversionistas extranjeros para financiar su deuda.
Por otro lado, el fundador de Pershing Square Holdings, Bill Ackman, sugirió que fomentar el crecimiento de activos es clave para la estabilidad económica. Fink coincidió en que mejorar la movilización de capital privado podría elevar el crecimiento potencial de Estados Unidos a un 3%.
El enfoque final fue que los inversionistas buscan refugio en activos seguros mientras que la confianza en la economía y el dólar se mantiene como el activo más escaso y valioso.
DCN/Agencias