Motociclistas y fe: la Bendición de los Cascos en Fátima
En un ambiente donde los chalecos de cuero suenan al moverse, miles de motociclistas se congregaron el fin de semana en el icónico Santuario de Fátima, en el norte de Portugal, para participar en la Bendición de los Cascos. Este evento, que se celebra anualmente y ya tiene una trayectoria de diez años, creó un espacio de espiritualidad en lugar de la típica fiesta a base de cerveza y rock ‘n’ roll.
Aproximadamente 180.000 bikers llegaron para buscar la protección espiritual de la Virgen María mientras recorren las bellas carreteras de Portugal. Rodeados del fervor religioso, muchos de ellos asistieron a misa y a charlas sobre seguridad vial, levantando sus cascos para recibir la comunión.
El momento cumbre del evento se vivió cuando sacerdotes, en medio de una multitud vestida de cuero, bendijeron los cascos al rociarles agua bendita. Manuel Santos, un participante de 49 años, comentó: “Hacemos esta peregrinación porque tenemos plena fe en que ella siempre nos cuida”.
La seguridad vial es un tema importante en la comunidad motera. Según estadísticas, en 2024, más de 9.900 motociclistas sufrieron accidentes, de los cuales 120 resultaron mortales. El padre Carlos Cabecinhas, rector del santuario, enfatizó que muchos llegan no solo a pedir protección, sino también a rendir homenaje a quienes han perdido la vida en accidentes.
Marlene Seabra, con su pañuelo negro y su chaleco decorado con insignias, expresó que cada vez que sube a su moto, eleva una oración a la Virgen por su seguridad: “Siempre que monto mi motocicleta, le pido a Nuestra Señora que me proteja”.
Este evento singular fusiona la pasión por las motos con la devoción religiosa, creando un espacio de reflexión y camaradería entre dos mundos que, a primera vista, parecen distantes. La reunión anual en Fátima es un recordatorio poderoso de que la fe puede unirse a momentos de diversión y adrenalina, llevando consigo un mensaje de unidad y protección en el camino.
DCN/Agencias