Nicolás Maduro firmó un decreto de conmoción externa, argumentando «amenazas» de Estados Unidos. Según Delcy Rodríguez, vicepresidenta del gobierno, dicho decreto tiene como objetivo fortalecer la defensa nacional frente a posibles agresiones externas que pongan en riesgo la estabilidad del país.
Durante una reunión con el cuerpo diplomático en Venezuela, Rodríguez detalló que la medida le otorga al presidente poderes especiales para actuar en defensa y seguridad si se diera una agresión por parte de EE. UU. Comentó que «hay una Venezuela unida en defensa de nuestro país», reafirmando que no se entregará la patria.
El decreto se ampara en una ley de estados de excepción y permite la «restricción temporal» de derechos constitucionales. Este estado de conmoción puede durar hasta 90 días, con posibilidad de prórroga por otros 90 días con autorización del Parlamento, y ofrece al Ejecutivo poderes extraordinarios para movilizar tropas y limitar derechos civiles.
Desde Washington, se ha desplegado una flotilla de buques de guerra y un submarino nucleares en el Caribe como parte de un operativo contra el narcotráfico. Rodríguez advirtió que cualquier agresión armada afectaría no solo a Venezuela, sino también a toda la región y, potencialmente, a Estados Unidos.
El artículo 338 de la Constitución de 1999 establece que el estado de conmoción exterior se decreta en situaciones de conflicto que amenacen la seguridad nacional. La administración de Maduro ha recurrido a varios estados de excepción en los últimos años, con el estado de emergencia económica vigente desde 2016, lo que ha permitido al gobierno tomar decisiones sin rendición de cuentas. Este sería el primer uso formal de la conmoción exterior en el contexto de tensiones geopolíticas.
DCN/Agencias