La Casa Blanca defendió este jueves la legalidad del ataque que resultó en la muerte de 11 personas en una lancha venezolana, supuestamente vinculada al narcotráfico en aguas internacionales. Según la portavoz Anna Kelly, este operativo, ordenado por el presidente de EE. UU., estaba justificado para proteger los intereses del país y se alineó con «las leyes de un conflicto armado».
En una declaración a Efe, Kelly explicó que el ataque se dirigió contra una organización clasificada como terrorista, lo que también buscaba la autodefensa de naciones afectadas por el narcotráfico y la violencia. Detalló que la acción fue realizada de manera precisa para minimizar riesgos al personal estadounidense, sin requerir intervención en el terreno.
La Casa Blanca identificó a los operativos de la lancha con el Tren de Aragua, haciendo referencia a la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF) de 2001, que permite la acción militar contra grupos terroristas. La administración anterior había considerado el combate contra organizaciones criminales como parte de un conflicto armado.
El senador republicano Rand Paul cuestionó esta estrategia, sugiriendo que no es política estadounidense atacar barcos sin pruebas de amenaza, y propuso alternativas como el decomiso de drogas y el arresto de sospechosos.
Por su parte, Adam Isacson, de WOLA, expresó que el ataque podría haber sido ilegal y que solo el Congreso tiene la potestad de autorizar este tipo de operaciones militares. Agregó que es común que entre los ocupantes de estas lanchas haya tanto contrabandistas como pescadores o migrantes.
El ataque coincide con el aumento de tensiones entre EE. UU. y Venezuela, especialmente debido al despliegue naval estadounidense en la región y las acusaciones de que Nicolás Maduro dirige un narcoestado.
DCN/Agencias