Valencia – Los habitantes de San Juan de Unare se encuentran en estado de luto tras el fallecimiento de ocho personas en una embarcación que supuestamente fue atacada por fuerzas de Estados Unidos. La embarcación, que había zarpado con once hombres el pasado 31 de agosto con destino a Trinidad y Tobago, no dejó sobrevivientes. La noticia, que circuló rápidamente entre los vecinos, provocó una profunda consternación en la comunidad.
El muelle, habitualmente atestado de pescadores, permaneció desierto y nadie se aventuró al mar, reflejando el duelo colectivo. Las redes sociales se inundaron de mensajes de despedida y fotografías de los difuntos, acompañados de sentidas frases de despedida.
Los nombres de los fallecidos se compartieron principalmente por WhatsApp y Facebook. Entre ellos se encontraban pescadores del lugar y padres de familia conocidos en la comunidad.
El gobierno de Estados Unidos, en un comunicado oficial, alegó que la embarcación transportaba drogas y que el ataque formaba parte de una operación contra el narcotráfico. Marco Rubio, secretario de Estado de EE. UU., defendió la acción, afirmando que destruir barcos involucrados en el narcotráfico es una medida necesaria para combatir a los cárteles.
Por su parte, las autoridades venezolanas rechazaron las afirmaciones del gobierno estadounidense. Freddy Ñáñez y Diosdado Cabello calificaron los hechos como un montaje, mientras que Tarek William Saab criticó la presentación de un “video animado” como prueba.
San Juan de Unare, junto a San Juan de las Galdonas, se ha identificado como un punto estratégico en las rutas de narcotráfico hacia Trinidad y Tobago y Centroamérica. Informes de InSight Crime y el Observatorio Venezolano de Violencia destacan la presencia de bandas locales y el historial de violencia en la zona.
La situación revela un complicado entramado de pobreza, violencia y ausencia de alternativas económicas, que ha llevado a que la pesca se convierta en una actividad peligrosa. Esta tragedia ha llevado a los pobladores a rendir homenaje a sus seres queridos a través de altares improvisados y espacios en redes sociales, que se transforman en verdaderos cementerios virtuales para recordar a los pescadores perdidos.
DCN/Agencias