Los hinchas de River Plate no han tenido piedad con el árbitro venezolano, Jesús Valenzuela, después del encuentro del pasado miércoles 17 de septiembre, válido por los cuartos de final de la Conmebol Libertadores. Desde su silbato inicial, Valenzuela fue objeto de críticas por una decisión que encendió el ánimo en las gradas del Estadio Monumental.
El colegiado nacido en Acarigua tuvo la responsabilidad de dirigir el choque entre River y Palmeiras, que terminó con victoria para los brasileños por 2-1. La controversia se desató cerca del minuto 81, cuando el arquero del Palmeiras, Weverton, chocó con Gonzalo Montiel dentro del área. Valenzuela decidió detener el juego y acudió al VAR para verificar lo ocurrido.
Luego de revisar la jugada, el árbitro anunció una infracción de tarjeta amarilla para Weverton, pero también mencionó que Montiel estaba en posición de fuera de juego. Esto llevó a una confusión monumental, ya que muchos en el estadio pensaron que se había sancionado un penal, celebrando de inmediato. Pocos segundos después, Valenzuela corrigió su decisión, anulando el penal por fuera de juego, lo que desató una ola de descontento entre los seguidores millonarios.
La manera en que Valenzuela transmitió la decisión fue el origen de las críticas. Muchos aficionados sintieron que la comunicación del árbitro fue falta de claridad, algo esencial en momentos cruciales como este torneo. La repercusión de esta decisión no solo se sintió en el campo, sino también en las redes sociales, donde los hinchas expresaron su indignación.
En un tuit que circuló ampliamente, un usuario resaltó: "El árbitro venezolano Jesús Valenzuela batió a más de 70 mil personas en el River – Palmeiras. Primero dijo que era penal, esperó a que celebraran y luego dijo que no valía por fuera de juego."
Este episodio no solo ha puesto a Valenzuela en el epicentro de la controversia, sino que también ha reabierto el debate sobre la claridad en la comunicación arbitral en escenarios tan decisivos como el de la Libertadores. Sin duda, lo ocurrido dejará una huella en la memoria de los aficionados y en las futuras decisiones del árbitro venezolano.
DCN/Agencias