El Naranjal: Un llamado a la atención en su aniversario
La comunidad de la urbanización El Naranjal, situada en el norte de Maracaibo, ha conmemorado un año más desde su fundación sin motivo de celebración. La falta de atención a problemáticas locales ha generado preocupación entre los vecinos, quienes piden la pronta intervención de las autoridades regionales y municipales.
Desde la llegada de los nuevos mandatarios, Luis Caldera Morales como gobernador y Gian Carlo Dimartino como alcalde, los habitantes de El Naranjal esperan que se escuche su clamor. La urbanización, fundada en 1967 por el entonces presidente Raúl Leoni, ha enfrentado el paso del tiempo y el descuido, lo que ha deteriorado la calidad de vida de sus residentes.
El Naranjal, que en sus inicios fue parte de un desarrollo habitacional del Banco Obrero, presenta hoy un panorama desolador. La infraestructura sufre por la falta de mantenimiento; el colegio "Norman Prieto Ramos" y espacios recreativos requieren urgentemente reparaciones. Además, la vialidad está en mal estado debido a una escarificación realizada en 2022 que nunca fue concluida, dejando las calles llenas de polvo.
Los servicios públicos también constituyen un punto crítico. Aunque la recolección de basura y la distribución de gas funcionan adecuadamente, el suministro de agua potable es irregular, con intervenciones cada 15 días. No obstante, los vecinos valoran positivamente la gestión de la Alcaldía en ciertos aspectos.
A la inseguridad se suma la escasez de vigilancia, lo que inquieta a los moradores. Aunque los delitos han disminuido, la falta de patrullaje genera preocupación entre los habitantes.
La comunidad anhela obras que mejoren su entorno: reparación de canchas deportivas, parques y edificaciones. El deseo es lograr que El Naranjal recupere parte de su esplendor y poder celebrar en su próximo aniversario como se merece, antes de que cumplan 60 años en 2027.
Esta urbanización, alguna vez conocida por ser hogar de destacados periodistas, se enfrenta hoy a grandes retos, pero sus habitantes mantienen la esperanza de un futuro mejor.
DCN/Agencias