El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió el domingo una nueva ofensiva militar en Gaza, más amplia de lo que se había anunciado, afirmando que Israel «no tiene más remedio que terminar el trabajo y completar la derrota de Hamas». A pesar de crecientes preocupaciones entre la población israelí sobre el conflicto de 22 meses, Netanyahu indicó que el gabinete de seguridad había ordenado la desmantelación de los bastiones de Hamas en Gaza y en los campamentos de Muwasi.
Estos campamentos, que albergan a más de medio millón de personas desplazadas, según la ONU, no estaban en el anuncio inicial de la ofensiva. La decisión generó críticas dentro de su coalición de que atacar solo la ciudad de Gaza era insuficiente. Aunque Netanyahu prometió «zonas seguras», tales áreas han sido objetivo de bombardeos en el pasado.
La situación se intensificó cuando se reportaron fuertes bombardeos en Gaza. Al Jazeera informó sobre la muerte del corresponsal Anas al-Sharif en un ataque que también dejó otros muertos. El ejército israelí afirmó que al-Sharif se había «hecho pasar por periodista» y que estaba involucrado con Hamas, lo que él negó.
Netanyahu habló con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogiando su «firme apoyo», y abordó la situación humanitaria en Gaza, insistiendo en que no hay hambre y que la escasez es diferente. También mencionó que se busca aumentar los sitios de distribución de ayuda humanitaria y que ha ordenado traer más periodistas extranjeros.
En una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos defendió a Israel, alegando que el país tiene derecho a proteger su seguridad. Otros miembros expresaron alarma por la situación en Gaza, con China rechazando el «castigo colectivo» y Rusia advirtiendo contra el aumento de las hostilidades.
La situación humanitaria se agrava, con al menos 15 palestinos muertos en incidentes relacionados con la búsqueda de ayuda. La ofensiva ha llevado a un incremento significativo en el número de desplazados y a un grave riesgo de hambruna. Según informes, 100 niños han muerto por desnutrición desde el inicio del conflicto, y el ministerio de salud local contabiliza más de 61.400 muertos en total, sin diferenciar entre civiles y combatientes.
DCN/Agencias