El pasado 7 de agosto, el gobierno de Estados Unidos aumentó a 50 millones de dólares la recompensa por información que lleve al arresto del presidente venezolano, Nicolás Maduro. Esta acción se fundamenta en acusaciones de vínculos con organizaciones de narcotráfico y la supuesta restricción de la democracia en el país.
Veinticuatro horas después, el presidente Donald Trump instruyó a las fuerzas armadas a luchar contra los cárteles latinoamericanos, que han sido catalogados como organizaciones «terroristas» globales. Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, Trump expresó que es fundamental proteger a su país ante el tráfico de drogas proveniente de América Latina.
Asimismo, el secretario de Estado, Marco Rubio, compartió en su cuenta de X el anuncio de la recompensa por la captura de Maduro, reforzando así la postura del gobierno estadounidense frente a la situación en Venezuela. En su publicación, Rubio enfatizó la recompensa en un contexto de creciente tensión entre los gobiernos de ambos países.
Estas acciones y declaraciones han generado un incremento en la atención internacional respecto a Venezuela y sus líderes, aumentando las tensiones diplomáticas entre Caracas y Washington.
DCN/Agencias