Enfermedad de Lyme: Definición, síntomas, opciones de tratamiento y estrategias de prevención
La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana ocasionada por la Borrelia burgdorferi, que se transmite a las personas a través de la picadura de garrapatas del género Ixodes, conocidas como garrapatas de patas negras o garrapatas del venado. Esta enfermedad es bastante común en el hemisferio norte, sobre todo en áreas rurales o boscosas.
Para que se produzca el contagio, las garrapatas deben permanecer adheridas a la piel durante un período de entre 24 y 48 horas, por lo que es fundamental detectar su presencia lo más pronto posible.
Uno de los síntomas más distintivos de esta enfermedad es el eritema migratorio, una erupción en forma de anillo o «diana» que aparece en el sitio de la picadura. Otros síntomas relacionados incluyen:
La enfermedad avanza en etapas y puede volverse crónica si no se trata adecuadamente.
El diagnóstico se realiza a través de una evaluación clínica y análisis de sangre (pruebas serológicas como ELISA y Western blot). Sin embargo, en las etapas tempranas, los anticuerpos pueden no ser detectables de inmediato.
El tratamiento habitual consiste en:
Generalmente, un tratamiento temprano asegura una recuperación completa.
Para minimizar el riesgo de contagio, es recomendable evitar el contacto con garrapatas. Algunas medidas incluyen:
También se sugiere mantener los jardines limpios de maleza y evitar el contacto con animales que puedan albergar garrapatas.
Hay personas que reportan síntomas persistentes, como fatiga extrema y dolores crónicos, incluso tras recibir tratamiento. Este fenómeno se conoce como síndrome post-Lyme. Aunque su origen aún se investiga, no se recomienda la prolongación del uso de antibióticos sin supervisión médica.
La enfermedad de Lyme es prevenible, tratable y generalmente curable, siendo esencial la detección pronta y la prevención activa. Ante cualquier síntoma luego de una caminata al aire libre, se aconseja consultar a un especialista.
DCN/Agencias