¡Amigos y amigas de la farándula! Les traigo una noticia que ha vuelto locos a los fanáticos de las comedias románticas. Sony Pictures ha confirmado que está trabajando en la secuela de La boda de mi mejor amigo, aquel clásico de 1997 que hizo reír y llorar a más de uno y que recaudó la impresionante cifra de $299 millones a nivel mundial.
La talentosa Celine Song, conocida por Vidas pasadas, se encargará del guion. En esta nueva entrega, se explorarán las “emociones no resueltas” entre Julianne, interpretada por la talento de Julia Roberts, y Kimberly, a quien dio vida Cameron Díaz, casi tres décadas después de su encuentro. Aunque el proyecto aún está en oficinas de planificación, la noticia ha desatado una ola de nostalgia en las redes, donde los fans piden a gritos el regreso del elenco original: ¿volverán a ver juntos a Roberts, Díaz, Dermot Mulroney y Rupert Everett?
Julia Roberts, quien se alzó con un Óscar por Erin Brockovich, se alejó del bullicio de Hollywood y ahora lleva una vida más tranquila en Malibú. Ella misma ha dicho: “No me siento como una estrella, somos una familia normal”. Por su parte, Cameron Díaz, que se tomó un descanso del cine en 2014, se ha reinventado como autora y empresaria en el mundo del vino. Su regreso a la actuación sería un choque entre la vulnerable Kimberly de su juventud y la mujer empoderada que es hoy.
Mientras Díaz se mantiene alejada de la pantalla grande, Dermot Mulroney sigue en la jugada con proyectos como la serie The Hunting Wives, que se estrena en Netflix en 2025. Rupert Everett, por su parte, ha estado haciendo magia en la actuación con papeles históricos, así que su regreso al clásico cerraría un ciclo muy simbólico para estos personajes.
Con Celine Song al mando, ahora surge la pregunta: ¿Cómo lograr que este reencuentro refleje el paso del tiempo sin perder la esencia que hizo especial a la película original? La secuela no solo retomará las vidas de Julianne y Kimberly, sino que también abordará la evolución del amor y la amistad en nuestra sociedad actual.
La comedia de 1997 rompió esquemas al presentar una crítica gastronómica que no era perfecta (Roberts) y una rival que se convertía en amiga (Díaz). Esta nueva producción promete redefinir nuevamente el género y nos deja con una pregunta intrigante: ¿realmente los finales felices pueden durar 28 años? ¡Estemos atentos a más detalles!
DCN/Agencias