La decisión del Gobierno de Estados Unidos de autorizar a Chevron a reanudar sus operaciones en Venezuela tiene como resultado un incremento de más de 200,000 barriles diarios en el suministro de crudo pesado hacia refinerías de ese país, lo que representa un alivio parcial ante la situación ajustada de este tipo de petróleo.
Antes de la suspensión de su licencia a finales de mayo, Chevron producía aproximadamente 240,000 barriles diarios en Venezuela, dirigidos principalmente a compañías como Valero Energy Corp, Phillips 66 y PBF Energy Inc., además de su propia refinería en Pascagoula, Misiones.
La reactivación de la producción se dará de manera relativamente rápida, ya que Venezuela acumuló en mayo significativos volúmenes de diluyentes, esenciales para el transporte del crudo pesado, según información de Bloomberg en Línea. Esto ha permitido que la producción nacional se mantenga estable en torno a 1.1 millones de barriles diarios a pesar de las sanciones internacionales.
Sin embargo, se estima que los nuevos suministros podrían ser tardíos en comparación con la temporada alta de consumo de gasolina en EE.UU., que concluye pronto. A partir de septiembre, muchas refinerías realizarán mantenimientos preventivos, reduciendo la demanda de crudo.
Además, sigue sin aclararse si la licencia se extenderá a otras empresas que estaban operando en Venezuela, como Repsol, Eni y Maurel & Prom, así como a comercializadoras como Vitol Group.
La reactivación del flujo de petróleo venezolano ya ha comenzado a afectar los precios del crudo: el descuento del crudo pesado canadiense frente al West Texas Intermediate (WTI) se amplió a 11.40 dólares por barril en contratos de septiembre.
Durante la prohibición de dos meses a las exportaciones venezolanas, el país dirigió sus envíos hacia China, a veces cambiando la denominación de su petróleo a “malasio” para evadir sanciones, alcanzando en junio un máximo de cinco años de 563,000 barriles diarios enviados al gigante asiático.
Con información de Bloomberg en Línea.
DCN/Agencias