El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), conocido como el banco de los BRICS, anunció el sábado 6 de julio que uno de sus objetivos estratégicos es incrementar la financiación y el uso de monedas locales. Esto, según la presidenta Dilma Rousseff, busca disminuir la exposición a la volatilidad de las tasas de interés y de cambio.
Rusia lidera la iniciativa de desdolarización del bloque, aunque enfrenta resistencia de otros países. Los países miembros buscan fortalecer el uso de sus monedas nacionales en un esfuerzo por reducir la dominancia del dólar. Esta reunión anual se realiza en Río de Janeiro, Brasil.
El NBD decidió no avanzar hacia la creación de una moneda propia, a pesar del interés de Rusia, para evitar tensiones con Estados Unidos. El gobierno ruso considera que una nueva divisa podría ayudar a mitigar las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea debido al conflicto en Ucrania.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su apoyo a discutir una nueva moneda para el bloque, reconociendo las complejidades del tema político y técnico. Fuentes diplomáticas de Brasil apuntaron que los retos para transacciones en monedas locales son significativos, sugiriendo que los sistemas de pago electrónicos representan una alternativa más viable.
El NBD, fundado hace diez años en Shanghái, tiene 122 proyectos en marcha, que suman cerca de 40.000 millones de dólares, de los cuales se han desembolsado 22.000 millones. Recientemente, Colombia y Uzbekistán se unieron al grupo, que ya incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, así como a Bangladés, Egipto, Emiratos Árabes y Argelia.
Rousseff destacó que dentro del NBD todos los miembros tienen voz equitativa y no hay países que dominen las decisiones, lo cual respeta la soberanía de cada nación.
DCN/Agencias