En 2013, un anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos provocó una crisis en los mercados emergentes. El entonces presidente del banco central, Ben Bernanke, indicó que comenzaría a reducir el estímulo monetario, lo que desató un retiro masivo de capitales y devaluaciones en economías como India, Brasil, Turquía y Sudáfrica, en un evento conocido como el «taper tantrum».
Sin embargo, entre marzo de 2022 y julio de 2023, la Reserva Federal implementó el ciclo de aumento de tasas más severo en décadas, elevando los tipos del 0,25% al 5,5%. Aunque esto provocó una salida de capitales superior a 60.000 millones de euros, las economías emergentes respondieron con una sorprendente resiliencia.
Uno de los factores que contribuyó a esta solidez es el fortalecimiento de los bancos centrales en estos países, que acumularon reservas internacionales para enfrentar retiros de capital. Países como India, Brasil, Indonesia y Polonia han mostrado capacidad para manejar sus mercados cambiarios, evitando colapsos monetarios.
Además, han diversificado sus fuentes de financiamiento, reduciendo la dependencia del capital estadounidense. En 2015, el 25% de la deuda pública de estas naciones estaba en manos de acreedores externos; actualmente, esa cifra se ha reducido al 15%, lo que implica una menor exposición a las fluctuaciones del mercado global. Las entidades locales, como fondos de pensiones y bancos, ahora sostienen una mayor proporción de bonos soberanos, proporcionando una base de financiamiento más estable.
Con información de RFI.
DCN/Agencias