El Banco Central Europeo (BCE) concluyó este miércoles su foro anual en Sintra, Portugal, destacando la necesidad de cautela ante los desafíos inflacionarios persistentes. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, enfatizó la importancia de que los responsables de política monetaria mantengan una “vigilancia extrema”, a pesar de que la inflación interanual en la eurozona se ubicó en un 2% en junio.
Durante los tres días de actividades, líderes de bancos centrales de todo el mundo abordaron temas cruciales como la rigidez del mercado laboral europeo, conocida como “euroesclerosis”; también analizaron la efectividad de los canales de transmisión monetaria y el papel de los intermediarios financieros no bancarios en el crecimiento económico.
Uno de los paneles más destacados reunió a Lagarde, Jerome Powell de la Reserva Federal de EE. UU., y Andrew Bailey del Banco de Inglaterra. Discutieron el impacto de los aranceles estadounidenses y la necesidad de prudencia antes de cambiar las tasas de interés. Powell indicó que no se ven efectos significativos de las medidas comerciales en la inflación, mientras que Lagarde reiteró la importancia de no bajar la guardia.
El foro también incluyó debates sobre la heterogeneidad estructural en la eurozona, los retos comunicacionales de los bancos centrales y la importancia de considerar tanto la inflación general como el gasto discrecional al formular políticas.
Lagarde anunció que la próxima edición del foro se llevará a cabo del 29 de junio al 1 de julio de 2026, consolidando a Sintra como el equivalente europeo del simposio de Jackson Hole.
DCN/Agencias