La Fiscalía General de la Nación de Colombia informó el martes 1 de julio sobre el descubrimiento de una fosa común en el municipio de Calamar, Guaviare, donde se encontraron ocho cuerpos de líderes sociales y religiosos, presuntamente asesinados por disidencias de las FARC. El hallazgo se realizó con el apoyo de la Fuerza de Despliegue Rápido #1 del Ejército Nacional.
En una entrevista con Blu Radio, Raúl González, fiscal delegado, explicó que las víctimas habrían sido forzadas a excavar su propia fosa antes de ser ejecutadas, bajo acusaciones infundadas de tener vínculos con el ELN. Las víctimas desaparecieron el 4 de abril de 2025, tras ser requeridas por miembros de la estructura Armando Ríos, liderada por alias Iván Mordisco. Otros seis fueron citados el 6 de abril, y el 14 de abril las autoridades confirmaron su desaparición. Entre las personas desaparecidas se encontraban pastores, madres y feligreses de dos iglesias evangélicas.
Familiares de las víctimas realizaron campañas en redes sociales durante meses, pidiendo su liberación. Los cuerpos fueron identificados preliminarmente como los de Jesús Valero, Carlos Valero, Marivel Silva, Isaid Gómez, Maryuri Hernández, Óscar Hernández, James Caicedo y Nixon Peñaloza Chacón. Las imágenes de estos individuos fueron difundidas en un cartel que sus familias compartieron para exigir su aparición.
A medida que avanzan las investigaciones, se han ido revelando más detalles sobre lo que ocurrió antes de sus muertes, así como el papel que desempeñaron estos líderes en sus comunidades.
DCN/Agencias