El euro ha visto un notable incremento en 2025, valorizándose más del 13% en relación al dólar estadounidense. Esta situación se produce en un contexto de tensiones comerciales y desequilibrios fiscales en EE.UU., sumado a una fuga creciente de capitales hacia activos más seguros.
La debilitación del dólar, que también ha caído más del 8% frente al yen japonés, es resultado de diversos factores. El regreso de Donald Trump a la presidencia ha traído consigo una política comercial agresiva, así como un notable aumento de la deuda pública, que ya se sitúa en el 124% del PIB. Además, Moody’s ha rebajado la calificación crediticia del país, generando incertidumbre.
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero, Trump ha promovido una agenda unitaria que incluye nuevos aranceles. Estos no solo han contribuido a la debilidad del dólar, sino que han llevado a una salida de capitales hacia Europa y Japón. El presidente ha amenazado con imponer aranceles del 50% a las importaciones de la UE si no se logra un acuerdo antes del 9 de julio.
Los sectores más afectados son el farmacéutico, automotriz y aeronáutico. En 2024, la UE exportó bienes a EE.UU. por un valor de 532.000 millones de euros, destacando los medicamentos y automóviles. La apreciación del euro podría encarecer en hasta 10 millones de dólares los aviones de Airbus, afectando así su competitividad ante Boeing.
El debilitamiento del dólar también ha reavivado el debate sobre su posición como moneda de reserva global, aunque aún más del 50% del comercio mundial se factura en dólares. Sin embargo, países como China están aumentando sus esfuerzos por reducir su dependencia del dólar.
DCN/Agencias