La economía cubana finalizó 2024 con una disminución del 1,1% en el Producto Interno Bruto (PIB), según lo reportado por el Ministerio de Economía y Planificación. Este fenómeno marca el segundo año consecutivo de contracción económica, acentuando el estancamiento estructural de la isla.
El dato fue presentado por Joaquín Alonso Vázquez, titular del ministerio, ante la comisión económica del Parlamento. Esta cifra contrasta con las proyecciones oficiales que preveían una expansión del 2%. “El Producto Interno Bruto ha decrecido un 1,1% en 2024, lo que se suma a la caída del 1,9% en 2023”, indicó Alonso Vázquez, añadiendo que en los últimos cinco años, la economía cubana ha retrocedido un 11%.
Esta prolongada crisis económica ha sido atribuida a diversos factores, incluyendo sanciones externas, baja productividad, inflación persistente, escasez de divisas, déficit energético y una recuperación débil del turismo tras la pandemia. Asimismo, la reforma monetaria implementada en 2021, aunque buscaba ordenar el sistema cambiario, ha tenido efectos negativos en el poder adquisitivo y la confianza empresarial.
Aunque el gobierno no actualizó sus proyecciones de crecimiento para 2025, economistas tanto dentro como fuera del país advierten sobre la fragilidad de las condiciones macroeconómicas y el limitado margen fiscal. La continua caída del PIB cuestiona la capacidad del Estado de sostener el gasto público, mantener subsidios esenciales y avanzar en reformas estructurales que han sido postergadas durante años.
Mientras gran parte de América Latina ha experimentado una recuperación parcial tras la crisis sanitaria, Cuba sigue sin lograr los niveles de actividad económica de 2019, colocándola entre las economías más rezagadas de la región en cuanto a dinamismo e inversión externa.
DCN/Agencias