Desde Voluntad Popular, expresamos nuestra preocupación por las recientes restricciones migratorias impuestas a ciudadanos venezolanos en Estados Unidos, que afectan las visas de turismo, estudio e intercambio. Consideramos que estas medidas deberían ser revisadas desde una perspectiva humanitaria y diferenciada. Venezuela se encuentra en una situación excepcional; bajo el régimen de Nicolás Maduro, no existen garantías, instituciones confiables ni condiciones para el retorno seguro de aquellos que han sido forzados a emigrar. Muchos venezolanos no pueden renovar pasaportes ni validar documentos debido a la crisis institucional.
El pueblo venezolano no representa una amenaza. A excepción de casos aislados, son los migrantes quienes buscan una nueva vida, mientras que el régimen y su cúpula son señalados por la justicia internacional por corrupción, violaciones de derechos humanos y delitos transnacionales.
Esperamos que las autoridades estadounidenses, especialmente los aliados de la causa democrática en Venezuela, encuentren mecanismos que protejan sus intereses legítimos, sin dejar desamparados a quienes buscan refugio, oportunidades y educación al escapar del autoritarismo.
Para abordar las amenazas que puedan surgir de Venezuela, es fundamental recuperar la democracia, lo que requiere el apoyo de nuestros aliados internacionales, incluidos los Estados Unidos. Desde Voluntad Popular, continuaremos trabajando para que Venezuela sea un país de acogida, no de expulsión.
DCN/Agencias