Durante el acto de despedida, el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, se refirió a Calzadilla como un «rebelde con causa», quien logró cruzar límites entre diversas disciplinas y dedicó su vida a educar a nuevas generaciones. Villegas enfatizó que todos los poetas deberían ser homenajeados rodeados de estudiantes, destacando la labor de Calzadilla en la formación de jóvenes poetas incluso en su avanzada edad.
Freddy Ñáñez, vicepresidente sectorial de Comunicación y Cultura, subrayó que tanto la obra como la personalidad de Calzadilla “siempre nos colocaban en el punto de la contradicción”, ya fuera a través de sus escritos, su arte o su enseñanza. Ñáñez también recordó que escribió seis epitafios que abordaban la muerte con humor y reflexión cultural, evidenciando su carácter tanto irreverente como profundo.
Además de poeta, Calzadilla fue fundador de revistas culturales y espacios de pensamiento como ateneos y talleres literarios. Su obra poética ha dejado una huella importante en la literatura en español. A lo largo de su vida, mostró un claro rechazo a los actos formales y a lo que él consideraba “cultura oficial”.
La Escuela Juan Calzadilla, donde compartió su conocimiento hasta sus últimos años, se mantiene como un legado viviente de su pensamiento y vocación educativa.
DCN/Agencias