El 26 de junio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que el Pentágono logró destruir las armas nucleares de Irán, contrario a informes que sugieren que los recientes ataques solo han retrasado temporalmente el programa atómico iraní.
En una publicación de Instagram de la Casa Blanca, Trump afirmó que el Pentágono utilizó cazadores de búnkeres para llevar a cabo la destrucción de las armas nucleares. Aseguró también que las autoridades iraníes no retiraron materiales de las instalaciones nucleares atacadas el domingo anterior, señalando que los vehículos detectados pertenecían a trabajadores que intentaban cubrir agujeros con cemento.
En la red Truth Social, Trump mencionó que extraer material potencialmente radioactivo hubiera sido “demasiado peligroso”. Sus declaraciones coincidieron con una rueda de prensa donde el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, defendieron los supuestos logros de los ataques sobre las instalaciones de Fordo, Isfahán y Natanz, hablando del traslado de uranio.
Caine explicó que, antes del ataque, las autoridades iraníes intentaron sellar con cemento los huecos en la planta de Fordo para prevenir bombarderos, pero esa cobertura fue destruida por las bombas lanzadas. Agregó que las bombas antibúnker lanzadas tuvieron el efecto deseado, destruyendo objetivos subterráneos clave para el enriquecimiento de uranio en Irán.
Hegseth también se dirigió a los medios que publicaron un informe preliminar de Inteligencia que cuestionaba la efectividad de los ataques. Trump sugirió a estos medios despedir a aquellos involucrados en lo que calificó como una “caza de brujas” y disculparse con los soldados que participaron en los bombardeos.
DCN/Agencias