Después de los 30 años, el metabolismo tiende a disminuir, lo que impacta en el peso, la energía y la composición del cuerpo. Este cambio se debe a una mezcla de factores fisiológicos y hormonales.
Con el paso del tiempo, se observa una disminución en la masa muscular, lo que reduce la cantidad de energía que el cuerpo quema en reposo, dado que el músculo consume más calorías que la grasa. Además, hay una disminución natural en la producción de hormonas como la testosterona y la hormona del crecimiento, que son cruciales para mantener el tejido muscular y regular el gasto energético.
Estos factores pueden facilitar el aumento de peso y complicar la pérdida de grasa, incluso si se mantienen los mismos hábitos de alimentación y ejercicio. Por lo tanto, es fundamental adaptar el estilo de vida a medida que se envejece, incorporando una dieta equilibrada y actividad física regular para lograr un metabolismo saludable.
Al llegar a los 30 años, el organismo comienza a atravesar cambios metabólicos que afectan la energía, la masa muscular y el almacenamiento de grasa. Para mitigar estos efectos, ciertos nutrientes y vitaminas se tornan particularmente relevantes.
Vía Diario 2001
DCN/Agencias