En Mérida, más de diez mil productores agrícolas se ven obligados a regalar sus cosechas debido a la imposibilidad de transportarlas tras las recientes lluvias. Las intensas precipitaciones han provocado deslizamientos y el colapso de las vías, dejando incomunicados a varios municipios del páramo andino, que representa el 90 % de las hortalizas consumidas en Venezuela.
Los campesinos enfrentan una situación desesperada. “No hay forma de sacar las hortalizas. Las estamos regalando”, comenta Andrés Eloy Ramírez, presidente del gremio agrícola del municipio Miranda. Las rutas hacia Mérida, Barinas y Trujillo están severamente dañadas, lo que impide la entrada y salida de vehículos.
Algunos intentan transportar los productos en mulas y caballos, pero el esfuerzo es limitado. “Estamos bregando con burritos y bestias. Es un sacrificio inmenso”, explica Ramírez. Otros optan por distribuir los alimentos entre las comunidades para evitar que se echen a perder, y las pérdidas ya son incalculables.
Además, hay preocupación por un posible contrabando de hortalizas desde Colombia, alertando que la escasez en el mercado nacional podría favorecer esta actividad. Ramírez solicita al gobierno que tome medidas para proteger a los productores locales y evitar que la situación se agrave.
Los agricultores del área piden atención urgente, enfatizando la necesidad de vías adecuadas, transporte y un plan que les permita salvar su trabajo del deterioro causado por el clima.
DCN/Agencias