El 29 de junio, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció la designación del exministro de Exteriores Álvaro Leyva, asegurando que lo hizo «sin ningún cálculo político». Esto se dio en respuesta a un reportaje del diario ‘El País’, que menciona presuntos intentos de Leyva por derrocar a Petro con la ayuda de Estados Unidos, contactando a asesores de la administración de Donald Trump.
Petro afirmó que fue víctima de injurias por parte de Leyva y que lo nombró canciller creyendo que merecía la posición al final de su carrera. En su publicación en X, el presidente expresó su deseo de responder a lo que considera un «acto de venganza».
Las acusaciones surgen a raíz de audios que indican que Leyva trató de contactar al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, para solicitar apoyo en lo que sería una «presión internacional» para destituir a Petro.
Leyva, quien enfrenta una inhabilitación de diez años por corrupción relacionada con la emisión de pasaportes, había atacado a Petro en una carta en la que mencionaba un «problema de drogadicción» entre su círculo cercano, lo que incluye al ministro del Interior, Armando Benedetti. También señaló a la actual ministra de Exteriores, Laura Sarabia, por satisfacer «necesidades personales» de Petro.
El mandatario descalificó estas acusaciones, calificándolas de «suposiciones de chisme». Criticó la participación del hijo de Leyva en eventos internacionales, sugiriendo que actúa como un «lobbista» aprovechando el cargo de su padre.
Petro describió la conducta de Leyva como parte de una «oligarquía» que ve al Estado como un patrimonio familiar, argumentando que la traición y la mentira han sido características históricas de esta élite. Señaló que «Colombia es bella, pero también tiene oscuridad en su historia», indicando que han ocultado figuras de su pasado.
El presidente expresó que, inicialmente, creyó en la «vocación de paz» de Leyva, pero ahora considera que sus intenciones son diferentes. Además, criticó el proceso de licitación de pasaportes en la Cancillería, acusando a Leyva de haber dejado avanzar irregularidades a pesar de sus instrucciones, lo que le costó su carrera pública.
Petro se mostró inquieto por la presencia del hijo de Leyva en eventos oficiales, sugiriendo comportamientos inusuales que atribuyó a una «adicción por la libertad».
DCN/Agencias