El mundo se enfrenta a una crisis financiera de salud, advirtió la doctora Kalipso Chalkidou, directora de Financiación y Economía Sanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este año, se prevé una reducción de hasta el 40% en la inversión global en salud, lo que representaría una caída de 10.000 millones de dólares en relación con 2023.
En una rueda de prensa realizada en Ginebra por agencias humanitarias de la ONU, Chalkidou destacó los recortes severos en los presupuestos de países desarrollados, que están afectando tanto la ayuda internacional como los sistemas de salud de estos países.
Inversión en salud en mínimos históricos
La inversión total en salud podría descender a 15.000 millones de dólares en 2025, el nivel más bajo en más de diez años, debido a decisiones de Estados Unidos y gobiernos europeos de congelar o reducir considerablemente los fondos para programas de salud internacionales.
Consecuencias para países en desarrollo
Los recortes impactan de manera significativa a naciones con alta dependencia de la cooperación internacional, como las de África subsahariana, donde hasta un 30% del gasto en salud proviene de ayuda externa. Países como Malawi, Mozambique y Zimbabue son algunos de los más afectados. Además, muchos de estos países gastan el doble en servicio de deuda que en salud, lo que impide adaptaciones presupuestarias en momentos críticos.
Interrupciones en servicios de salud
Chalkidou mencionó que una reciente encuesta de la OMS indica que los servicios de salud están experimentando interrupciones que no se habían visto desde el pico de la COVID-19, afectando programas de inmunización y atención primaria.
Recomendaciones de la OMS
La OMS insta a los países a:
La organización también participará en la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo en Sevilla, España, buscando compromisos globales ante esta crisis que podría agravar las inequidades en el acceso a la salud.
DCN/Agencias