La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) está lista para llevar un caso ante la FIFA tras el incidente ocurrido en el aeropuerto de Maturín, donde su selección permaneció retenida durante más de 12 horas tras el partido de eliminatorias contra Venezuela, celebrado el 6 de junio.
Fernando Costa, presidente de la FBF, no se guardó sus palabras y describió este hecho como un ataque a la seguridad de su equipo. “Esperamos que se tomen medidas ejemplares. Ninguna selección merece pasar por algo así”, declaró en una entrevista con Fútbol Canal.
Después de caer 2-0 en el campo, los jugadores bolivianos intentaron regresar a casa en un vuelo chárter, pero no obtuvieron autorización para despegar hasta el mediodía del día siguiente. Esto provocó un clima de tensión y molestias tanto en la plantilla como en el cuerpo técnico, que sienten que la prolongada espera afectó su preparación para el próximo compromiso contra Chile.
El entrenador Óscar Villegas se manifestó en contra de la situación, afirmando que la retención tuvo un impacto negativo en sus planes de acondicionamiento físico. En tanto, Harold Howard, responsable de la seguridad de la FBF, acusó a las autoridades venezolanas de “sabotaje y secuestro”, indicando que se infringieron las normativas de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Desde la parte venezolana, se argumenta que los retrasos se debieron a problemas técnicos y congestión aérea, mientras que desde Bolivia insisten en que es necesario que la FIFA y Conmebol tomen cartas en el asunto y sancionen a Venezuela por lo sucedido.
Este episodio ha abierto un nuevo capítulo en la rivalidad entre ambas selecciones y ha dejado un ambiente tenso en el ámbito futbolístico de Sudamérica. Bolivianos claman por justicia, mientras la polémica continúa.
DCN/Agencias