Uno de los activos más significativos de Venezuela en el exterior, Monómeros, se enfrenta a la pérdida de su licencia para operar en Colombia, situación que se enmarca en la creciente presión de Estados Unidos sobre el régimen de Nicolás Maduro. Según información de Bloomberg, se ha confirmado que la autorización de la empresa estatal venezolana Pequiven, que vence a finales de junio, no será renovada.
Esto pondría a Monómeros al borde del aislamiento del sistema financiero internacional, lo que afectaría a su planta productora, responsable del 28% de los fertilizantes en Colombia. Desde 2019, Monómeros ha estado bajo sanciones estadounidenses, aunque posteriormente recibió una licencia del Tesoro de Estados Unidos que le permitió comercializar y llevar a cabo transacciones financieras, incluyendo actividades relacionadas con servicios portuarios.
El cierre de operaciones de esta empresa con sede en Barranquilla afectaría a pequeños agricultores colombianos que se benefician de suministros subsidiados de Venezuela. Además de fertilizantes, Monómeros produce alimentos para animales y productos industriales como soda cáustica y ácido fosfórico.
Estas medidas se inscriben en una estrategia más amplia del gobierno de Donald Trump, con el objetivo de despojar a Maduro de ingresos, dado que no ha realizado concesiones democráticas ni ha liberado presos políticos. En mayo, Estados Unidos ya había prohibido a Chevron operar en el país, impactando así un contribuyente importante a la economía venezolana.
Maduro había considerado vender Monómeros antes de la llegada de Trump, pero el presidente colombiano, Gustavo Petro, le solicitó que reconsiderara esta decisión, argumentando que podría elevar los costos agrícolas en ambas naciones. Desde noviembre de 2024, la Superintendencia de Sociedades de Colombia mantiene un control máximo sobre la empresa, dada su relevancia estratégica.
DCN/Agencias