Uruguay recuerda la 30ª Marcha del Silencio en honor a los desaparecidos de la Dictadura.

Miles de uruguayos se manifestaron en la 30° Marcha del Silencio, reafirmando su compromiso con los derechos humanos en un evento que se llevó a cabo en la avenida 18 de Julio. Esta marcha se caracteriza por su solemnidad y respeto a las víctimas del Terrorismo de Estado. Familias de desaparecidos portaron pancartas con los nombres y rostros de sus seres queridos, recordando a los 197 uruguayos que siguen desaparecidos, muchos de los cuales fueron secuestrados en Argentina.

La columna partió desde la Universidad de la República y se dirigió lentamente hacia la Plaza Libertad, encabezada por Jair Krischke, presidente del Movimiento de Derechos Humanos de Brasil, quien ayudó a salvar vidas de uruguayos durante la dictadura de 1973 a 1985. Las voces del público eran mínimas, creando un ambiente de recogimiento que contrastaba con el bullicio habitual de las movilizaciones.

Referentes del Movimiento de Participación Popular (MPP), incluidos el secretario de la Presidencia, Alejandro «Pacha» Sánchez, y la ministra de Defensa, Sandra Lazo, estuvieron presentes. Lazo destacó la importancia de la educación en memoria y la necesidad de avanzar en la búsqueda de la verdad. Subrayó que han pasado treinta años desde que comenzó esta marcha y que cada año se suma más gente, incluyendo a jóvenes y nietos que buscan conocer más sobre pasado.

La marcha se produce en un contexto donde en la región las políticas de memoria y justicia están en retroceso. En Argentina, el nuevo gobierno fomenta el negacionismo, y en Brasil permanece la Ley de Amnistía que otorga impunidad a crímenes militares. Aunque en Uruguay las causas han avanzado lentamente, la Marcha del Silencio continúa siendo un evento crucial para recordar a las víctimas y exigir justicia.

Gabriel Otero, diputado y víctima de la dictadura, expresó que la marcha es un símbolo de resistencia, especialmente para las nuevas generaciones que muestran interés en la historia. Otero hizo hincapié en la persistencia de algunos sectores que niegan la dictadura y las violaciones de derechos humanos.

En esta edición, la marcha rindió homenaje a dos figuras notables: el expresidente José «Pepe» Mujica y la activista de derechos humanos María «Belela» Herrera, quienes fallecieron recientemente. El evento ha mantenido su relevancia como un recordatorio constante de las heridas no cerradas de la dictadura en Uruguay.

DCN/Agencias

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