Investigación alerta sobre el incremento del riesgo de cáncer de tiroides debido a la contaminación del aire.

Un estudio realizado por la Universidad de Londres señala que la exposición prolongada a la contaminación del aire puede afectar negativamente la salud mental de las personas mayores. Por otro lado, investigaciones de la Universidad de Yale indican una posible relación entre la exposición temprana a partículas finas y la luz artificial nocturna con un mayor riesgo de cáncer de tiroides en niños.

El análisis de Yale, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, examinó a 736 menores y adolescentes diagnosticados con cáncer papilar de tiroides antes de cumplir 20 años, contrastándolos con un control de 36,800 individuos en California. Según los hallazgos, cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico de partículas finas (PM2,5) en los primeros años de vida incrementa en un 7% las probabilidades de desarrollar cáncer de tiroides.

La doctora Nicole Deziel, epidemióloga medioambiental de Yale y autora principal del estudio, mostró preocupación por los resultados, dado que ambas exposiciones son comunes en áreas urbanas. Las PM2,5, producidas principalmente por el tráfico y la industria, así como la luz artificial nocturna, aparecieron como factores de riesgo significativos.

Se halló una conexión más fuerte entre la exposición y el cáncer de tiroides en adolescentes (15-19 años) y en niños hispanos. Los menores que nacieron en áreas con altas concentraciones de luz artificial nocturna tenían entre un 23% y un 25% más de probabilidades de desarrollar este tipo de cáncer.

El cáncer de tiroides es considerado uno de los de más rápido crecimiento en la infancia, y la doctora Deziel subrayó la poca información existente sobre sus causas en esta población, indicando que esta investigación es la primera en gran escala que sugiere que la exposición temprana a PM2,5 y a luz nocturna podría ser un factor a considerar.

Además, un estudio de University College London, publicado en The Journals of Gerontology, analizó datos de 1,127 adultos mayores de 65 años en Inglaterra. Los resultados mostraron que la exposición prolongada al dióxido de nitrógeno (NO₂) y a las PM2,5 durante un periodo de ocho a diez años se correlacionó con peores resultados en pruebas de habilidades cognitivas, en especial las lingüísticas.

El análisis sugirió que quienes vivían en áreas con altas concentraciones de NO₂ y PM2,5 presentaban baja capacidad en memoria, funciones ejecutivas y lenguaje. Los autores afirmaron que podría haber una conexión entre la contaminación del aire y el deterioro en el lóbulo temporal del cerebro, aunque se requiere más investigación para entenderlo plenamente.

Ambos estudios destacan la relevancia de la contaminación del aire como un factor de riesgo importante para la salud pública, afectando tanto la salud mental de los mayores como el riesgo de cáncer en niños.

DCN/Agencias

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