Milla Magee, la Miss Mundo Inglaterra que renunció a la corona, revela su amarga experiencia en el certamen de belleza
La joven británica Milla Magee, de 24 años, rompió el silencio sobre su renuncia al certamen de Miss Mundo, al que calificó de una experiencia que la hizo sentir como "una prostituta". La reina de belleza compartió que se sintió explotada tanto ella como sus compañeras, al verse forzadas a asistir a cenas privadas con patrocinadores adinerados en Hyderabad.
Según Milla, estos encuentros eran una presión constante para agradar a hombres que patrocinaban el evento con grandes sumas de dinero. “Me sentí como una prostituta”, confesó, reflejando su profundo malestar ante lo que consideró una explotación inaceptable.
La polémica no tardó en llegar. Julia Morley, presidenta del certamen, respondió a las declaraciones de Magee con dureza, publicando videos donde aparentemente la joven disfrutaba de su estancia en el hotel. Sin embargo, Milla defendió su postura, explicando que estas situaciones estaban controladas y que cualquier semblante de felicidad se debía a la presión de estar bajo la mirada constante de las cámaras.
Además, la reina de belleza denunció un incidente humillante en el que un funcionario del concurso la aplaudió en la cara, alegando que las participantes estaban “aburridas”. "Esa no es una forma aceptable de tratar a la gente", manifestó, señalando lo inadecuado de la conducta.
Para justificar su salida del certamen, Milla alegó un problema de salud de su madre, aunque admitió que esta justificación era parte de su plan para escapar de la situación. “Mi madre ha tenido un problema de salud reciente, pero dije lo que tenía que decir para salir de ahí”, reveló.
La madre de Milla también expresó su decepción, asegurando que el certamen no brindó apoyo alguno tras la salida de su hija, indicando que la dejaron sola en un taxi a las 3 de la madrugada y ella tuvo que organizar su regreso, asumiendo todos los gastos.
Esta revelación ha conmocionado al mundo de la belleza, abriendo un debate necesario sobre el trato a las participantes en estos certámenes. La experiencia de Magee resuena como un poderoso llamado a la reflexión sobre la cultura que rodea al mundo de los concursos de belleza.
DCN/Agencias