La administración del presidente Donald Trump ha decidido prohibir a la Universidad de Harvard la matrícula de estudiantes extranjeros, constituyendo una medida sin antecedentes en el país. Esta decisión fue comunicada en una carta firmada por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, donde se detalla que el programa de Estudiantes y Visitantes Extranjeros ha sido revocado con efecto inmediato. Como resultado, Harvard ya no podrá inscribir nuevos estudiantes extranjeros, y aquellos que ya están en la institución deberán transferirse para no perder su estatus legal.
El Departamento de Seguridad Nacional acusó a la universidad de crear un ambiente inseguro en su campus, permitiendo que individuos antiestadounidenses acosen a otros, incluyendo a estudiantes judíos. Noem expresó que la matrícula de estudiantes extranjeros es un privilegio, no un derecho, y sugirió que Harvard tuvo oportunidades para corregir su postura, pero no lo hizo. Además, advirtió a otras universidades que tomen esto como una advertencia.
Desde Harvard, autoridades de la institución han calificado la decisión de «ilegal» y como una forma de represalia. Un portavoz sostuvo que la universidad está comprometida con mantener su capacidad de recibir estudiantes internacionales, que provienen de más de 140 países y contribuyen significativamente a la comunidad académica.
Se estima que esta decisión afectará a aproximadamente 6,800 personas. Previamente, en abril, Harvard se había negado a cumplir con las exigencias de la administración Trump de adoptar medidas contra el antisemitismo, relacionadas con las manifestaciones de estudiantes contra la guerra en Gaza. Como consecuencia, la Casa Blanca bloqueó 2,200 millones de dólares en subvenciones y contratos federales si la universidad no modificaba sus iniciativas, que, según el gobierno, alimentaban el acoso antisemita.
DCN/Agencias