En un contexto de negociaciones discretas, Estados Unidos está en conversaciones con Venezuela sobre la liberación de presos políticos a cambio de delincuentes comunes detenidos en El Salvador. El foco principal de estas negociaciones, lideradas por Mauricio Claver-Carone, representante especial de Donald Trump para América Latina, es la situación de nueve ciudadanos estadounidenses que se encuentran detenidos en el país caribeño.
Según informes, Venezuela muestra disposición para llegar a un acuerdo, aunque impone condiciones que hasta ahora no han sido aceptadas por la administración estadounidense. Maduro busca que se levanten las sanciones financieras y que se permita a empresas estadounidenses participar en la extracción y exportación del petróleo venezolano.
Asimismo, el gobierno de Maduro plantea que el intercambio de presos no sea simétrico, es decir, que un ciudadano estadounidense sea canjeado por un mayor número de narcotraficantes detenidos en El Salvador. Claver-Carone se enfoca en liberar a los estadounidenses primero y luego abordar otros casos de ciudadanos de diferentes nacionalidades que también se encuentran retenidos en Venezuela.
Un informe del Foro Penal indica que se han documentado numerosas detenciones arbitrarias de ciudadanos extranjeros, quienes a menudo son trasladados a centros de detención clandestinos. El gobierno venezolano justifica estas acciones argumentando que enfrenta una agresión extranjera.
Las cifras de detenidos extranjeros varían, pero fuentes estadounidenses y organizaciones de derechos humanos indican que entre 29 y 50 ciudadanos de varios países, incluyendo Argentina, Colombia y Alemania, podrían estar detenidos en Venezuela.
Las negociaciones entre Estados Unidos y Venezuela avanzan con cautela. Trump utiliza la presión económica sobre el régimen de Maduro como parte de su estrategia, especialmente teniendo en cuenta que Nayib Bukele, presidente de El Salvador, tiene a 252 delincuentes venezolanos en custodia.
La situación genera incomodidad para Maduro, quien se muestra dispuesto a ceder si se levantan las sanciones y se permite la operación de empresas petroleras. Para él, los presos políticos, tanto nacionales como extranjeros, se convierten en un elemento de intercambio en estas negociaciones.
DCN/Agencias