A pesar de no sentirse bien al inicio del día, Wilyer Abreu se erigió como la figura estelar en el Fenway Park este domingo, durante la doble jornada que enfrentó a los Medias Rojas de Boston con los Cardenales de San Luis. El zuliano, quien inicialmente no fue contemplado en el lineup del primer encuentro por cuestiones de salud, demostró que su presencia era crucial para el equipo.
Entrando como emergente en el noveno inning y con el marcador 4-2 en contra, Abreu mostró su temple al conseguir un boleto que inició una cadena de bases por bolas, permitiendo así que su equipo empatara el juego. No pasó mucho tiempo para que volviera a brillar: en la décima entrada, con un corredor en segunda, conectó un sencillo decisivo que dejó en el terreno a los Cardenales, desatando la locura entre los aficionados de Boston.
“Me siento muy bien, aunque no era así por la mañana. A medida que avanzaba el día, trabajé para sentirme mejor”, comentó Abreu a Nesn tras su destacada actuación. “Logré hacer el trabajo. Es fundamental comenzar ganando en casa y hacer todo lo posible para conseguir victorias aquí”.
Pero la historia no terminó ahí. En el segundo partido de la jornada, Abreu fue alineado como cuarto bate por el manager Alex Cora y nuevamente respondió con fuerza. Conectó un sencillo que empató el marcador, seguido de un doble, y además dejó claro por qué fue galardonado con el Guante de Oro recientemente: tras un imparable de Willson Contreras, Lars Nootbar intentó avanzar a tercera, pero Abreu lanzó un certero tiro desde el jardín derecho que selló la jugada.
El día culminó con Abreu acumulando tres hits en siete turnos y cuatro carreras impulsadas entre los dos encuentros, reforzando su gran momento a la ofensiva. Este lunes, al despertar, se encontraba liderando las Grandes Ligas con un promedio de .483, habiéndose embasado en nueve de los diez juegos disputados en esta temporada. Sin duda, el zuliano sigue dejando huella en el béisbol estadounidense.
DCN/Agencias