Pekín expresó este jueves que no busca un conflicto, pero está preparado para responder a las amenazas arancelarias de Estados Unidos. Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, afirmó en una rueda de prensa que el país no se quedará de brazos cruzados ante la privación de los derechos e intereses de su pueblo, ni ante el socavamiento de las normas comerciales internacionales.
Lin destacó que si Washington decide iniciar una guerra arancelaria, China “luchará hasta el final”, señalando que el enfoque de EE.UU. no cuenta con el respaldo popular y está destinado al fracaso. Según el vocero, las medidas que tome Beijing no solo buscarán proteger su soberanía y seguridad, sino también defender la justicia en el ámbito internacional y los intereses compartidos de la comunidad global.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Comercio de China, He Yongqiang, afirmó que el gigante asiático está dispuesto a dialogar, pero el intercambio debe realizarse basado en el respeto mutuo y la igualdad. Resaltó que la presión y las amenazas no son el camino adecuado para tratar con China.
El anuncio de medidas comerciales se intensificó después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, informara sobre aranceles recíprocos significativos, destacando un 34 % para China. En respuesta, el Gobierno chino dijo que aplicaría tasas adicionales de 34 % a las importaciones estadounidenses a partir del 10 de abril.
Trump reaccionó posteriormente con la amenaza de incrementar a 50 % los aranceles si Pekín no retrocede en sus contramedidas, lo que llevaría el total de impuestos a un 104 %. En respuesta, Pekín anunció que ajustaría la tasa a 84 % frente a las mercancías estadounidenses, lo que resultó en que Trump elevara nuevamente los aranceles a un 125 %, acusando a China de falta de respeto hacia los mercados globales.
El economista Pedro Páez Pérez comentó que la presión de Washington representa una señal para que regiones, como América Latina, busquen integrarse y cooperar más entre sí.
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DCN/Agencias