Donald Trump transforma su intervención en el Congreso en un show mediático mientras consolidan su agenda proteccionista.
En su primera intervención ante el Congreso en esta legislatura, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció un discurso que combinó política y espectáculo, evocando sus mítines de campaña. Con un estilo efusivo y enfocado en el nacionalismo, Trump se jactó de su primer mes de gobierno y las medidas proteccionistas que busca implementar para robustecer la economía estadounidense.
Desde el inicio, el mandatario expresó su intención de cambiar el funcionamiento del gobierno federal. Afirmó: «Hemos recibido un mandato para un cambio audaz y profundo. Solo estamos comenzando», recibiendo aplausos de la bancada republicana, mientras la oposición demócrata se mostró escéptica.
Trump estructuró su intervención como un show político, incorporando momentos emotivos para captar la atención. Uno de esos gestos fue nombrar «miembro honorario del Servicio Secreto» a un niño de 13 años sobreviviente de cáncer, y rindió homenaje a víctimas de crímenes, enfatizando su discurso sobre la seguridad fronteriza.
Entre los presentes se encontraban altos funcionarios y figuras del mundo empresarial, como Elon Musk, quien observaba mientras Trump denunciaba el “poder excesivo” de la burocracia y prometía un futuro de innovación y crecimiento económico.
En el ámbito económico, Trump destacó nuevas medidas, como la imposición de aranceles a productos agrícolas desde el 2 de abril, argumentando que esto no solo protege empleos, sino también la «alma de nuestra nación». Reconoció que estas políticas podrían causar «turbulencias», pero consideró que serían temporales, prometiendo que América volvería a ser «rica y grande».
En cuestiones de política exterior, la mención a la guerra en Ucrania fue corta, citando una carta del presidente Zelenski sobre la búsqueda de paz, pero sin detalles sobre asistencia militar. También mencionó a Groenlandia en términos de seguridad nacional, sugiriendo un interés en negociaciones futuras con Dinamarca.
Finalmente, el discurso mostró la división entre los demócratas, mientras los republicanos aplaudían con entusiasmo. Algunos demócratas protestaron con carteles y colores simbólicos, pero sus esfuerzos fueron eclipsados por el espectáculo general. La actuación de Trump reafirmó su control sobre el Partido Republicano y su estrategia directa y populista, en un entorno político tenso y mediático.
DCN/Agencias