Los aranceles establecidos por Estados Unidos a productos de México y Canadá han comenzado a aplicarse este martes. Las importaciones provenientes de estos países enfrentarán un impuesto del 25%, mientras que los productos energéticos canadienses tendrán un arancel del 10%.
A su vez, el arancel del 10% a las importaciones chinas, vigente desde febrero, será incrementado al 20%.
En una rueda de prensa, el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que estos aranceles son una herramienta poderosa que no se utilizó anteriormente debido a la deshonestidad o la corrupción de políticos. «Ahora los estamos utilizando», enfatizó.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que «todo es posible» y no descartó la idea de una reunión con Trump, aunque pidió «serenidad y paciencia» al responder a estas medidas. Resaltó la calma del país y mencionó que hay diferentes planes para afrontar la situación.
Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció que impondrá aranceles del 25% sobre 155.000 millones de dólares en productos estadounidenses, comenzando con 30.000 millones de dólares en productos de inmediato, y sobre los restantes 125.000 millones en un plazo de 21 días. Trudeau también comunicó que estas tarifas se mantendrán hasta que se eliminen los aranceles estadounidenses.
Además, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, advirtió sobre la posibilidad de detener el envío de minerales críticos a EE.UU. y de cortar el suministro eléctrico a ciertos estados, junto con la eliminación de bebidas alcohólicas estadounidenses del mercado canadiense.
China, por su parte, ha decidido imponer aranceles del 15% sobre productos como el pollo y el trigo, y del 10% sobre otros bienes, los cuales comenzarán a regir el 10 de marzo.
Finalmente, Trump reiteró que la reducción de aranceles dependerá del control del equilibrio comercial y exigió que las naciones construyan fábricas en EE.UU. para evitar estos impuestos.
DCN/Agencias