El 2 de febrero del año pasado, un incendio en la región de Valparaíso estalló, resultando en 136 muertes y devastando múltiples vecindarios. Los primeros focos se originaron en el Lago Peñuelas, a 100 kilómetros de Santiago. Las condiciones climáticas, con altas temperaturas y fuertes vientos, propiciaron la rápida propagación del fuego hacia los cerros de Viña del Mar. Este evento fue calificado como la mayor tragedia desde el terremoto de 2010.
Un año después, el gobierno chileno ha indicado que la reconstrucción avanza lentamente y ha detenido a siete personas, incluyendo bomberos y funcionarios. Según expertos, hoy en día, hay más muertes por incendios en Chile que por desastres naturales como naufragios o terremotos.
Históricamente, Chile ha enfrentado incendios debido a su geografía y clima, pero la frecuencia y severidad han aumentado desde 2010, según la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Expertos atribuyen esto al cambio climático, a una sequía prolongada y a la expansión de áreas donde se mezclan vegetación y construcciones.
Un punto de inflexión se registró en 2017, cuando incendios arrasaron casi 600.000 hectáreas en las regiones de O’Higgins, Maule y Biobío, lo que llevó a un cambio en la forma de medir estos eventos a nivel mundial. Desde entonces, el presupuesto estatal para combatir incendios ha crecido significativamente, alcanzando este año los 156 millones de dólares. Actualmente, Chile cuenta con más de 3.000 brigadistas y 77 aeronaves, incluyendo cisternas con capacidad para 15.000 litros.
El Parlamento chileno discute desde hace meses un proyecto de ley que contempla medidas de prevención y multas para quienes no implementen prácticas adecuadas para evitar incendios. Además, se han incrementado los recursos dirigidos a campañas de concientización para educar a las comunidades sobre la prevención.
Bejamín Rodríguez, estudiante de Valparaíso, reconoce la falta de cultura preventiva en la población, a pesar de que los incendios han dejado huella en la historia del país. La directora de Conaf enfatiza que Chile debe aceptar su nueva realidad como un país propenso a incendios.
DCN/Agencias