El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el lunes 6 de enero un decreto que prohíbe nuevas perforaciones en alta mar en una extensa zona de aguas costeras. Esta decisión llega dos semanas antes de la toma de posesión de Donald Trump, quien ha anunciado su intención de incrementar la producción de combustibles fósiles.
La medida abarca aproximadamente 2,5 millones de kilómetros de aguas federales que incluyen áreas del océano Atlántico, del Pacífico, el norte del mar de Bering en Alaska y el este del Golfo de México, considerada una zona valiosa para la industria petrolera. Algunos expertos indican que la prohibición podría afectar mayormente la producción en el Golfo de México, donde se genera cerca del 14% del petróleo crudo del país, según la Administración de Información Energética. Sin embargo, otros aseguran que la mayoría de las operaciones de perforación en el Golfo no se verían afectadas, y que la medida protegería las costas de California, Florida y otros estados de futuras explotaciones.
Biden fundamentó su decisión en razones ecológicas, aunque se prevé que Trump intente revertirla. Sin embargo, la ley utilizada por Biden no permite explícitamente que un presidente deshaga unilateralmente una prohibición de explotación sin la aprobación del Congreso, lo cual complicaría la situación de Trump desde el punto de vista político y jurídico.
En otro tema, el Departamento de Estado anunció el sábado 4 de diciembre la aprobación de un paquete de venta de armas a Israel por un valor de aproximadamente 8.000 millones de dólares. Este paquete incluye proyectiles, misiles y bombas, y está sujeto a la aprobación del Congreso. La decisión se da en medio de presiones de grupos de derechos humanos y legisladores demócratas que se oponen a la venta de armamento a Israel.
Este nuevo paquete se sumaría a un total récord de al menos 17.900 millones de dólares en ayuda militar que Estados Unidos ha otorgado a Israel desde los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023.
DCN/Agencias