El 2 de enero de 2025, Luis Arroyo y su familia conmemoran el cumpleaños de su hija de 9 años en Las Malvinas, Guayaquil. Sin embargo, el ambiente es sombrío; la niña lleva días sin comer y extraña a sus hermanos mayores, Ismael de 15 años y Josué de 14, a quienes vio por última vez el 8 de diciembre. Luis trata de ofrecer un poco de normalidad, incluso mientras lidia con el reciente duelo tras enterrar a sus hijos, cuyos cuerpos, hallados incinerados y con marcas de tortura, había reconocido.
Los adolescentes formaban parte de los «4 de Guayaquil», un caso mayúsculo de desaparición forzada que ha alterado la seguridad en Ecuador tras ser detenidos supuestamente por el ejército. Junto con Ismael y Josué, Nehemías Arboleda, de 15 años, y Steven Medina, de 11, también desaparecieron al salir a jugar fútbol.
Luis menciona que en la noche del 8 de diciembre, tras un corto viaje, notó la ausencia de sus hijos. Posteriormente, recibió una llamada de un desconocido que le informó que habían sido arrestados por militares en Taura. A pesar de su angustia, los esfuerzos por localizarlos con la ayuda de la policía no dieron resultados. Días después, se enteró por redes sociales que cuatro cuerpos habían sido encontrados.
El 31 de diciembre, durante una audiencia, les confirmaron que los cuerpos hallados pertenecían a sus hijos. Luis describe el momento con gran dolor. Ahora, la familia clama por justicia, deseando que se repitan las investigaciones y aclaraciones sobre las circunstancias de la muerte de los menores, pidiendo la exhumación de los cuerpos para una revisión exhaustiva.
DCN/Agencias