La diáspora tiene un rol fundamental como agente de transformación en Venezuela

El reciente informe «Hablemos de la Diáspora», elaborado por la Red Global de la Diáspora de Venezuela en colaboración con Plan País, arrojó luz sobre los desafíos cruciales que enfrenta la migración venezolana en su proceso de integración en los países de acogida. En una entrevista exclusiva con Diana Camacaro, miembro destacado de esta iniciativa global, se profundizó en los elementos más críticos que fueron identificados en el estudio.

Desde su punto de vista, Camacaro destacó tres desafíos fundamentales que la diáspora venezolana enfrenta en su integración. En primer lugar, señaló la dificultad de acceso a la información. Muchos migrantes carecen de conocimientos sobre los mecanismos para regularizar su situación, así como sobre sus derechos y obligaciones en los países de acogida, lo que dificulta su adaptación.

«No saben o no tienen información sobre cómo pueden regularizarse, cuáles son los mecanismos, a qué instituciones pueden acudir, cuáles son sus derechos, qué cosas no pueden hacer en los países de acogida. Digamos que no conocen de lleno las normativas y eso puede tener como consecuencia, más dificultades a la hora de la adaptación», expresó.

Otro obstáculo significativo es la falta de documentos de identificación. Según Camacaro, muchos venezolanos emigraron sin poder obtener cédulas de identidad o pasaportes, lo que complica aún más su situación al llegar a los países receptores.

«No tener ningún tipo de identificación se les ha hecho muchísimo más complicado poder acceder a permisos de trabajo, entre otras cosas y si entraron al país de formas irregulares, es incluso aún más complicado. Si no sellaron el pasaporte, si no tienen su estatus normal es incluso más complicado».

Además, Camacaro destacó la presencia de expresiones de xenofobia en algunos países receptores, lo que obstaculiza la integración de la diáspora venezolana. Esta situación se ve agravada por la falta de una cultura migratoria entre los propios venezolanos, quienes históricamente han recibido migrantes en lugar de emigrar ellos mismos.

Desarrollo de políticas sin instrumentalización

No obstante, a pesar de los desafíos, las medidas para mejorar las condiciones laborales y sociales de los migrantes venezolanos pasa por integrar el tema de la diáspora en la agenda pública nacional y trabajar en colaboración con otros países receptores para desarrollar mecanismos de integración laboral y acceso a servicios sociales básicos como salud y educación, según la vocera de la iniciativa.

En tal sentido, enfatizó la importancia de evitar la instrumentalización política de la diáspora venezolana, instando a los actores políticos y a la comunidad internacional a velar por los derechos humanos de los migrantes y a trabajar en su beneficio sin utilizarlos como herramientas de campaña electoral.

«Se ha vuelto, lamentablemente, no en una bandera para trabajar por el bienestar de los migrantes venezolanos, sino para instrumentalizarlos para bien o para mal. Entonces trabajar en que eso no siga sucediendo y que los actores políticos y los actores internacionales en temas, sobre todo de Derechos Humanos, que son los que deberían velar por la garantía de los migrantes venezolanos, se comprometan o insten a que los representantes políticos de los diferentes países no instrumentalicen la causa venezolana, sino que más bien sirva para el bienestar de los venezolanos y que esto no afecte negativamente a los países de acogida», mencionó.

En última instancia, resaltó la necesidad de aumentar la información disponible sobre la diáspora venezolana, tanto para las instituciones públicas como privadas, con el fin de desarrollar políticas y programas que aborden adecuadamente las necesidades de este grupo vulnerable.

El potencial de la diáspora en la actualidad

Camacaro enfatizó en la necesidad de capitalizar el potencial de la diáspora de manera cohesionada. «Hemos ido pensando básicamente en esto, en cómo podemos ir hilando estos esfuerzos que se están haciendo de manera aislada, pero que si se mancomunan pueden tener resultados verdaderamente positivos».

En el ámbito económico, destacó las oportunidades para el crecimiento y la innovación. Las remesas, que alcanzaron aproximadamente 143 billones de dólares en Latinoamérica en 2022, representan una fuente significativa de ingresos para Venezuela. Camacaro apunta hacia el desarrollo del emprendimiento como una vía para no solo subsistir, sino para prosperar a largo plazo.

«Hay una oportunidad importante allí sobre cómo podemos hacer crecer nuestra economía y desarrollar también lo que es el emprendimiento, que no sea solamente de sustento sino a largo plazo para muchos venezolanos y que eso permita paliar la crisis de una forma mucho más orgánica».

Pero en cuanto al panorama político, la diáspora posee un potencial electoral considerable. Con más de 7 millones de venezolanos fuera del Registro Electoral Permanente (REP), existe una urgencia por garantizar su participación en los procesos democráticos. «Es imprescindible trabajar por el hecho de que la residencia o el estatus regular de residente no sea una limitante para que los venezolanos puedan ejercer su derecho al voto en el exterior», sostuvo Camacaro.

La inscripción en el registro electoral en el exterior fue un punto de fricción reciente, con el CNE y los Consulados obstaculizando la inscripción de decenas de miles de venezolanos en diversos países. Camacaro explicó cómo la Red Global de la Diáspora monitoreó de cerca esta situación y colaboró con diversas acciones de protesta para garantizar el acceso al voto.

Respecto a las expectativas futuras, Camacaro subrayó la incertidumbre ligada al contexto político y económico de Venezuela. La migración podría continuar, pero su ritmo dependerá en gran medida de los acontecimientos internos del país. «Es probable que debido a los acontecimientos que están sucediendo (…) la migración en Venezuela probablemente acelere, pero sería muy irresponsable de mi parte aseverarlo, porque va a depender muchísimo del contexto político y económico del país. Si en efecto nuevamente se recrudece una ola de persecución en el país, si en efecto existen reajustes económicos en el que los venezolanos vuelvan a percibir escasez, estos factores pueden acelerar la migración en Venezuela, pero son variables que pueden cambiar y que hay que verlas a largo plazo a ver qué sucede», puntualizó.

 

 

 

 

 

Fuente: Noticiero Digital

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