Explicación de “lo electoral”. Por Leandro Rodríguez

El chavismo salta de alegría, pues todos los flancos débiles que tiene y teme son obviados por quienes deberían ser sus contrincantes políticos, en lugar de ello, se ha encontrado con una oposición a la medida que, prácticamente, le permite una vez más desarrollar su único punto fuerte: elecciones en control absoluto de las instituciones públicas, entes que dejaron de ser del Estado, convirtiéndose en dependencias del Psuv, textualmente.

Por insólito que parezca, tras 23 años de simulaciones electoreras y casi 30 comicios sin institucionalidad, todavía existen venezolanos esperanzados con este absurdo electorero. Anidan esperanzas de lograr así la alternancia en el poder, como si existiese democracia, cuando la realidad nos estrella en la cara un sistema castrista, especialista en usufructuarse de mecanismos democráticos, pero sin libertades ni garantías, en kakistocracia, dicho sea de paso.

Lamentablemente, no solo es el régimen quien con su absolutismo mediático crea y bombardea matrices de opinión por todos los medios posibles, matrices infantiles, pero, al parecer, efectivas, en cuanto logra captar incautos, no por casualidad nuestra cultura política ha sido arrastrada a sótanos inexplorados. Una oposición de anime se presta contratada para hacer el juego, para prestarse a simulacros electoreros sin protestar procedimientos ni resultados, tal como ya ocurrió en las presidenciales 2018. Las instituciones psuvizadas les asignan directivas de partidos, les permite crear organizaciones nuevas, hasta los promocionan por las televisoras nacionales, televisoras bajo la ignominia de la autocensura y complacencia ante el chavismo.

EL G4+ se bañó de genuflexión, sin dar explicaciones, decidió participar en las “presidenciales 2024” sin realizar la más mínima exigencia de condiciones, en un espeso halo oscurantista, dos de sus organizaciones principales candidatean a personeros inhabilitados (Capriles por PJ y Superlano por VP). Acción Democrática lanza al ruedo un candidato débil que no se atreve tildar de tiranía a un régimen investigado por delitos de lesa humanidad (entre otros crímenes) y UNT con Manuel Rosales, quién “mágicamente” pasó de ser uno de los más solicitados por la justicia roja a ser uno de los más aclamados por la jerarquía castrista. Er Conde con posturas idénticas a la de Prosperi, pero, además, confiesa que dentro su estructura organizacional hay chivos pesados del chavismo ¿?

César Pérez Vivas y Ecarri cabalgan en candidaturas al estilo Belle Époque, jugando a la cuarta república, a la democracia civil, lanzando rosas de lado a lado. Un solo palo no hace montaña, María Corina Machado es la única que se enfrenta frontalmente, que señala exigirá condiciones, que denuncia los atropellos en su contra, sin embargo, seguro estamos, enemiga del régimen y sus cómplices, será inhabilitada, sacada del juego a como dé lugar. De los Alacranes ni hablar, no merecen dediquemos tiempo ni letras, el país sabe quiénes son.

Aunque muchos no lo vean, se convencerán. Al final de este afrentoso espectáculo, tendremos una plantilla de candidatos jugando a la democracia cuando ella no existe, ofertando planes maravillosos de educación, salud, economía y demás, en una nación carente de seguridad jurídica y de cualquier tipo, sin institucionalidad, un espantapájaros de inversiones.

Insistimos, es demasiado obvio ¿Por qué el gobierno más repudiado de nuestra historia se desvive por lo electoral? La respuesta es incuestionable, no pierde ni cuando pierde. Estamos tan pero tan mal “opositoramente” que nuestros políticos corren tras el tiempo y la agenda que impone el régimen, para realizar una elección al estilo de las que destruyen al país y solo sustentan a los destructores ¡Urge una oposición real, que se oponga, que imponga agenda! @leandrotango

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