¿Lucha contra corrupción?. Por Leandro Rodríguez

Según los estudiosos del flagelo de la corrupción, el chavismo es considerado “La Gran Corrupción”, el fenómeno de este tipo más grave que conoce la humanidad después de la segunda guerra mundial. No por casualidad el propio Jorge Giordani (ministro de planificación y finanzas de Chávez) denunció que entre 2006 y 2016 se “desaparecieron” al menos 600 mil millones de dólares de las arcas del Estado. En 2013, la fugaz presidenta del BCV de entonces, Edmée Betancourt, advirtió que de esa institución se habían robado más de 20 mil millones de dólares, lo que le costó su recién nombramiento.

La constructora Odebrecht, vinculada con mil millonarios hechos de corrupción con gobiernos de izquierda en la región, tuvo en Venezuela su segundo centro de operaciones más importante luego de Brasil. En todos esos países hubo investigaciones y detenciones, menos en Venezuela. Lo mismo con “Panamá Paper”, “Pandora” y un sinfín de denuncias de desfalco a la nación sin que en nuestro país las instituciones públicas movieran un dedo para investigar estas atrocidades. Por si fuera poco, empresas periodísticas internacionales hablan en 2023 de un nuevo desfalco a Pdvsa por más de 21 mil millones de dólares ¡Es impresionante!

Así, el propio chavismo deja salir a la luz pública otro caso de corrupción por 3 mil millones de dólares que salpica al ahora ex presidente de Pdvsa Tarek El Aissami, pieza protagónica del chavismo, lo salpica a él y a su círculo cercano, entre quienes figura un diputado a la Asamblea Nacional, entre otros. Asimismo, a un solo empresario de esta dantesca esfera le fueron decomisado en su apartamento 36 millones de dólares en efectivo, imagínense la magnitud de la corrupción que ha saqueado al país todo este tiempo… la gran pregunta ¿Es una lucha contra la corrupción o un reacomodo de poder?

Si existe algún sector nacional que no le conviene una lucha real contra la corrupción es justamente al chavismo, porque no quedaría piedra sobre piedra, entonces, la respuesta es obvia, lo que ocurre con El Aissami es un ajuste de cuentas, un reacomodo de poder en el Estado profundo chavista.

Históricamente, quien lidera la industria petrolera venezolana teje sobre él una esfera de poder muy importante, dentro y fuera de nuestras fronteras, en consecuencia, luego que el chavismo ha podido unificar sus fuerzas en solo dos vertientes de poder, Maduro/Cilia y los Hermanos Rodríguez, El Aissami representa un riesgo, sobre todo en tiempos electorales. En consecuencia, sin saber los intríngulis partidistas, parece una estocada a quien pretendía aspirar a mucho más que otra simple corriente interna, aprovechando la debacle roja rojita del momento.

Es de nuestra opinión, no existe lucha contra la corrupción, son estratagemas del chavismo para nuclear fuerzas, evitando rupturas a lo interno de cara a lo que pudieran ser las últimas presidenciales a las que se enfrente el chavismo. No hay que crearse falsas expectativas, esta pretendida “lucha” no traerá nada bueno al país, es una pelea entre rojos.

Ya veremos, en acto desesperado para distraer la atención, cómo el chavismo intentará salpicar a la oposición con hechos de corrupción, probablemente, desempolvará antes de tiempo el caso Monómeros y otros que tenga guardado bajo la manga.

De este modo, queda en evidencia el verdadero enemigo del país, la verdadera causa de todos nuestros males: no son las sanciones, el imperio, la oligarquía, ni ningún enemigo imaginario que ha inventado el chavismo todo este tiempo, son pretextos para ocultar lo que verdaderamente ocurre, la peor corrupción de la humanidad luego de la segunda guerra mundial.

 

 

 

@leandrotango

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