La antifragilidad del régimen de Maduro y su posible reelección en 2024. Por Lidis Méndez

El régimen de Maduro en Venezuela ha sido objeto de múltiples críticas debido a la crisis económica, laboral y humanitaria que enfrenta el país. Sin embargo, la permanencia del gobierno en el poder y su posible reelección en 2024 son dos fenómenos complejos que requieren un análisis matizado. Expondré algunas ideas acerca de nuestra frágil realidad utilizando el constructo los efectos de red, planteados por Nassim Taleb en su libro Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden, para mostrar la compleja dinámica del poder político en Venezuela.

Los efectos de red hacen referencia a la idea de que el valor de un producto o servicio aumenta a medida que más personas lo utilizan. Este concepto puede aplicarse al sistema político venezolano, donde Maduro ha podido mantenerse en el poder gracias a una red de partidarios leales que se benefician de su gobierno y de un alto porcentaje de la población que recibe bonos para subsistir precariamente.

El régimen de Maduro ha construído una red de patrocinio y lealtad que se extiende por varios sectores de la sociedad venezolana, incluidos el ejército, el poder judicial, la élite empresarial y alianzas internacionales con regímenes totalitarios como China, Rusia, Irán, Turquía, Cuba y Nicaragua. Estas redes se han cultivado mediante incentivos con acceso a contratos gubernamentales, el trato preferente y la inmunidad judicial.

Los efectos de red funcionan para-Maduro en un ciclo que se refuerza a sí mismo, en medio de los cambios de orden mundial y a su vez le ayudan a capear la crisis económica. A medida que más personas dependen o se benefician del régimen, es menos probable que muestren interés en cuestionar la autoridad y es más probable que la continúen apoyando.

Tal como afirma Taleb en Antifrágil, los sistemas expuestos a tensiones y perturbaciones pueden fortalecerse si son capaces de adaptarse y aprender de sus experiencias. En el caso de Venezuela, el gobierno se ha enfrentado a numerosos retos, como la hiperinflación, la escasez de alimentos y los disturbios políticos. Sin embargo, Maduro ha sido capaz de adaptarse y aprender de estas experiencias, perfeccionando sus tácticas y priorizando la atención de sus redes por encima de cualquier otra demanda del sistema.

Además, la asimetría de poder entre el gobierno y la oposición ha permitido el uso del aparato militar y de seguridad para suprimir y coaccionar a la disidencia. Otro factor importante en la permanencia del régimen de Maduro es su control sobre las redes de información y desinformación. En Venezuela, los medios de comunicación son controlados por el Estado para difundir propaganda, controlar la narrativa y mostrar lo conveniente.

A pesar de que una parte mayoritaria de la población está insatisfecha, vive con miedo e incertidumbre, existe otro sector importante que se beneficia del régimen y se mantiene en la conformidad y la complacencia. Para contrarrestar la antifragilidad del régimen de Maduro, es necesario que la participación política en Venezuela se organice y se comprometa mas allá del escenario electoral.

La lente de los efectos de red, según lo expuesto por Nassim Taleb en su libro Antifrágil, nos ayuda a entender cómo las redes de patrocinio y lealtad construidas por el gobierno venezolano, junto con su capacidad de adaptación y control sobre la información, han permitido al régimen mantenerse en el poder.  Es importante que como sociedad, reflexionemos sobre estos temas y trabajemos para disminuir la fragilidad a la que estamos expuestos. Con nuestra participacion activa debemos  fortalecer las instituciones democráticas, promover la transparencia, la rendición de cuentas, y fomentar una cultura política que valore el diálogo y la cooperación en lugar de la polarización y la confrontación.

También debemos buscar mecanismos efectivos para contrarrestar la fragilidad del liderazgo opositor, la asimetría de poder, la ilusión de estabilidad y la reciente retórica mediatica del gobierno sobre la anticorrupción.  En definitiva, si no se toman medidas para contrarrestar la antifragilidad del régimen de Maduro, quien puede salir más beneficiado es el propio régimen y no el pueblo venezolano, que sigue sufriendo las consecuencias de una crisis humanitaria sin precedentes en la región.

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